Los audífonos y los amplificadores de sonido pueden parecer similares, pero cumplen funciones muy distintas. Mientras que uno trata la pérdida auditiva, el otro solo aumenta el volumen sin distinción, afectando la calidad del sonido. En este post exploraremos sus diferencias y cuál es la mejor opción para cada caso.
Los audífonos son dispositivos médicos diseñados para compensar la pérdida auditiva y mejorar la capacidad de comunicación de quienes los utilizan. Su función no es simplemente aumentar el volumen de todos los sonidos, sino ajustar y personalizar la experiencia auditiva según la necesidad específica de cada usuario. Para lograrlo, los audífonos incluyen tecnología avanzada que los hace mucho más precisos y eficientes.
Entre sus características principales destacan:
Personalización. Cada audífono es programado específicamente para adaptarse al tipo y grado de pérdida auditiva de su usuario. Un profesional de la audición realiza pruebas audiométricas para determinar los ajustes necesarios, garantizando una mejor experiencia auditiva.
Reducción de ruido. No todos los sonidos son relevantes para la comunicación. Los audífonos modernos incluyen sistemas de procesamiento de señales que filtran el ruido de fondo y realzan las frecuencias del habla, facilitando la comprensión en entornos ruidosos.
Tecnología avanzada. Actualmente, muchos audífonos cuentan con conectividad Bluetooth, lo que permite sincronizarlos con teléfonos móviles, televisores y otros dispositivos electrónicos. Además, algunos modelos incluyen inteligencia artificial para mejorar la adaptación del usuario a diferentes entornos acústicos.
Prescripción médica. Al ser dispositivos médicos, los audífonos requieren una evaluación auditiva profesional antes de su adquisición. Un especialista en audiología determinará cuál es el modelo más adecuado para cada persona.
Gracias a todas estas características, los audífonos no solo amplifican los sonidos, sino que los procesan inteligentemente para mejorar la calidad auditiva del usuario.
Los amplificadores de sonido personales (PSAP, por sus siglas en inglés) no son dispositivos médicos, sino productos de consumo diseñados para amplificar todos los sonidos del entorno sin distinción. Se comercializan sin necesidad de prescripción y suelen encontrarse en tiendas generales y plataformas de venta online.
Algunas de sus características incluyen:
Aumento general del volumen. A diferencia de los audífonos, los amplificadores de sonido aumentan todos los sonidos sin hacer distinción entre el habla y el ruido de fondo. Esto puede resultar en una experiencia auditiva poco placentera o incluso molesta en ambientes ruidosos.
Sin personalización. No están programados según la pérdida auditiva del usuario, lo que significa que pueden amplificar sonidos de manera desigual y sin optimización. Esto no ayuda a mejorar la comprensión del habla en personas con problemas auditivos.
Uso recreativo. Aunque no están recomendados para tratar la pérdida auditiva, pueden ser útiles en actividades como la observación de aves, la caza o para personas con una audición normal que desean escuchar sonidos a distancia con más claridad.
Venta sin prescripción. Se pueden adquirir sin necesidad de evaluación auditiva, lo que puede llevar a errores en la elección del dispositivo si la persona los compra como sustitutos de audífonos sin una orientación adecuada.
Dado que estos dispositivos no están diseñados para mejorar la calidad de la audición en personas con pérdida auditiva, es importante entender sus limitaciones antes de optar por uno.
La elección entre audífonos y amplificadores de sonido depende de la necesidad del usuario y de su salud auditiva. No todos los dispositivos de amplificación son adecuados para todas las personas, y un uso incorrecto puede incluso agravar ciertos problemas auditivos.
Si tienes pérdida auditiva diagnosticada, los audífonos son la única opción recomendada. Están diseñados específicamente para mejorar la comprensión del habla y la calidad de vida de quienes tienen dificultades auditivas.
Si solo necesitas amplificar sonidos en ciertas situaciones y no tienes problemas auditivos, un amplificador de sonido podría ser suficiente. Por ejemplo, para actividades como la observación de aves o la mejora del sonido en ambientes tranquilos.
Es importante que, ante cualquier sospecha de pérdida auditiva, consultes con un especialista antes de tomar una decisión.
Muchas personas optan por un amplificador de sonido en lugar de un audífono debido a su bajo costo y facilidad de compra. Sin embargo, esta decisión puede tener consecuencias negativas a largo plazo si realmente se necesita un audífono.
Algunos de los riesgos incluyen:
No trata la pérdida auditiva. Un amplificador de sonido no está diseñado para compensar una deficiencia auditiva, por lo que su uso prolongado puede llevar a una mayor dependencia de la amplificación sin abordar el problema real.
Riesgo de sobreexposición al ruido. Como no diferencian entre los sonidos útiles y los molestos, los amplificadores pueden aumentar el volumen de ruidos perjudiciales para el oído, lo que podría empeorar la audición con el tiempo.
Dificultad en la comunicación. No mejoran la comprensión del habla en entornos ruidosos, lo que puede generar frustración en el usuario y dificultar su interacción con los demás.
Si sospechas que tienes pérdida auditiva, lo mejor es acudir a un centro auditivo para una evaluación profesional. Optar por un audífono adaptado a tu perfil auditivo puede marcar una gran diferencia en tu calidad de vida y en tu capacidad de comunicación. En el Centro Auditivo Pasarón ofrecemos audífonos personalizados que se ajustan a tus necesidades auditivas. Contacta con nosotros y da el primer paso hacia una mejor audición.
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